20 de septiembre de 2005

Cartas a mis nietos III

Otra vez, dirán ustedes, pero debo confesarles que no me canso ni cansaré... Hoy, nietos míos, les hablaré algo acerca de las preocupaciones... Si, aquellas circunstancias que en ocasiones nos quitan el sueño...

De las preocupaciones

Cada quien vive el mundo de la forma que le enseñan. Cada quien enfrenta las situaciones de la manera que cree es la mejor... Pero antes que eso está lo que para cada quien es importante o no, es decir, lo que llamamos la escala de valores que siempre está formada -en una primera instancia- por las concepciones morales de la época que nos toca vivir.

La moral de turno nos dice qué es lo que es importante, permitido, valioso o corrupto en un determinado tiempo y a partir de ello cada uno de nosotros genera la escala de valores personales. Entonces ésta es una mezcla de lo que dice nuestro tiempo y lo que nos enseñan aquellos que conforman nuestro grupo más cercano.

A partir de lo anterior podemos establecer qué es lo importante y por qué perdemos el sueño en un momento determinado...

Pero, qué significa estar preocupado... Creo que se puede decir que el prefijo pre significa antes... Uf!, entonces, preocupado significa: estar ocupado en o de "algo" antes de que "ese algo" pase o no...

Claro está que de nada sirve perder el tiempo en preocuparse por algo, ya que el solo hecho de esperar que los hechos se desenvuelvan nos hace estar listos para enfrentar lo que sea sin un prejuicio al respecto.

Si a lo anterior le sumamos que en la medida que seamos capaces de discernir entre lo realmente importante de lo accesorio tendremos que el ocuparse de algo es lejos la solución correcta para enfrentar al mundo y sus constantes vaivenes. Es decir, cada problema se debe tratar en el momento y a la vez... Si le encontramos solución ya no es un problema y si no se la encontramos quiere decir que nunca lo fue, ya que éstos se diferencian de todo porque siempre traen la solución consigo. Sólo hay que dedicarles un tiempo.

Ahora bien, la mayoría de la gente vive abarrotada de preocupaciones, todas producto de estar inmersos en la vida cotidiana sin una fuente interna de luz, sin un alma ajena a todos los pesares de una vida cargada de materialismo, envidias y avatares propios de la naturaleza de los hombres y no cercanas a la humanidad.

Pagar las cuentas, levantarse a una hora determinada, llegar a alguna parte primero que el resto, terminar antes que el resto, comer pensando en otra cosa, vivir al ritmo de las saetas estelares, dormir con un ojo entornado, vivir para trabajar y no trabajar para vivir, hacen de los hombres criaturas miserables y preocupadas de tratar de sobrevivir cada día sin siquiera darse cuenta de los días, las horas, los minutos, la vida...

No preocuparse no significa pensar en cómo hay que hacer las cosas, significa, en pocas palabras, vivir la vida minuto a minuto y sólo estar atentos al ahora, al presente... miren que por eso lo llaman así, ya que es un regalo... Cada instante de la vida es un regalo único y precioso que bien vale la pena disfrutar... Hasta de los momentos amargos y especialmente de ellos se puede aprender con alegría alguna buena lección de la vida.

En la siguiente oportunidad les hablaré de la moral... pero no será un tratado sicológico, antropológico o nada por el estilo... sólo será mi opinión de ella, de lo que significa y de la forma que la utilizan algunas personas para ocultar lo más hermoso de la vida... EL CAMBIO.

No hay comentarios.: