5 de octubre de 2005

Cartas a mis nietos V

Han pasado algunos días y estoy de vuelta... Su abuela insiste en que estoy loco como una cabra al escribirles estas cartas... Pero sigo con esta idea producto que tengo la certeza que nadie tiene el tiempo comprado sobre esta tierra y me abría gustado que mi hijo (su padre) hubiera conocido, al menos de palabra, a mi padre...

Hoy hablaré de la idea de Dios... qué quiere decir para mí... que imágenes trae a mi memoria y pensamiento y con él, el concepto de espiritualidad tan maniatado por nuestra cultura que por lo mismo resulta algo sin sentido...

De Dios...

Se dice que una fuerza, un ser creó todo lo que vemos y lo que no vemos... que en 6 días hizo la hechura de las cosas y al hombre mismo y al séptimo día descansó de su obra... Les digo desde ya que eso es una mitología, es decir, una explicación del mundo basada en la imaginación para contar lo que hasta ese momento nos parecía algo imposible de concebir.

Hoy en día sabemos que la Tierra, nuestro planeta, se demoró muchos millones de años (cerca de 5.000 millones) en ser como la conocemos ahora y que bajo el amparo del cielo y los mares vivieron muchas especies de animales, bacterias y plantas antes de que el hombre pusiera sus pies sobre su faz...

Pero haber encontrado en parte la explicación del por qué el mundo es como es no le quita en ningún caso mérito a Dios... Eso sí, yo no creo que sea un viejo sentado en un inmenso trono en la inmensidad del cosmos dirigiendo todo a su pinta como quien es jefe de una obra.

Para mi, hijos míos Dios es la energía capaz de aglutinar todas las energías y materia para formar la vida en su más amplio sentido... Es amor, condensación, formas, la primera y última chispa que prendió la luz en el cosmos entero...

Su presencia está en cada cosa que vemos, en cada milímetro de lo que no vemos, es la fuerza que lo mueve todo y el sentido de ese movimiento...

Algunos dicen que somos a imagen y semejanza de él o eso... la verdad es que esa definición bien le cae hasta la más humilde de las bacterias que habitan en el más ínfimo confín del universo... porque todo lo que vive orgánica e inorgánicamente es a imagen y semejanza de Dios...

La vida de las cosas depende de la unión de unas cosas diminutas llamadas en esta parte del cosmos, átomos... ellos viajan a casi 300 mil kilómetros por segundo... Son tan rápidos que no somos capaces de percibir su vorágine ritmo y por ello creemos que las cosas son sólidas.

Algunos están tan dispersos que los vemos líquidos y otros se encuentran aún más separados entre ellos y por ello nuestros sentidos los perciben como gases... Pero eso es sólo porque nuestro sentido de la vista nos limita a ver cualquier fenómeno de la naturaleza a 8 metros por segundo...

La energía que yo llamo Dios es la que permite que los átomos se unan entre sí formando la materia y la energía... Elementos indispensables para la vida de las criaturas acá en la Tierra como en cualesquiera otro rincón del universo...

Si hijos, la vida no es privativa de nuestro planeta y por ello Dios es tan grande, más grande de lo que cualquier religión alcanza a describir... Su indómita presencia está en todos lados, en todas las cosas, en cada uno de nuestros pensamientos y en los de cualquier ser que habite en los confines del cosmos y tal vez más allá...

Por otra parte, en torno a Dios se han creado innumerables religiones que hablan de una sombra de lo que verdaderamente es Dios... Lo minimizan a la Tierra y a una imagen manimalística al decir que somos a su imagen y semejanza que no se alcanzan a dar cuenta de lo realmente grande, importante y omnipresente que es...

Dentro de esos conceptos religiosos que de él se han creado aparece la espiritualidad... Suerte de estadio de sopor que algunos alcanzan cuando comulgan con él... Luego, mi pregunta es... como comulgar con el TODO si sólo somos parte de él...

Nuestra forma de ver el mundo, casi siempre dirigida por nuestros sentidos, nos limita el conocimiento de Dios, ya que sólo creemos lo que vemos, olemos, sentimos con el tacto, escuchamos y la mayoría de las manifestaciones que nos llegan por esta vía son solo una sombra oscura y débil de lo que es la realidad...

Mucho podría extenderme en este tema y sin llegar a ninguna parte en concreto... Sólo les quiero decir que jamás se dejen llevar sólo por los sentidos... Hay una realidad más allá de ellos y que los mismos no nos pueden mostrar... Existe energía transmitiéndose todo el día, todos los días que no somos capaces de aprovechar por nuestras malas creencias acerca de lo que es verdad y real...

Dios es una de esas cosas y a veces, todas a la vez...

Nietos míos... luego, otro día, en otra carta les hablaré acerca de la amistad... Adiós de nuevo, pero no para siempre...

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